Diario de un inversor 2. Aprendizajes de la inversión

Han pasado ya varios meses desde que escribí mi primer post del Diario de un Inversor.

He tardado tanto, porque estaba esperando a poder daros la buena noticia, de que, por fin, había podido vender la casa.

Que por fin había empezado mi camino hacia la libertad financiera y poder presentaros los números de un hipotético primer piso con el que empezar mi camino. Pero nada más lejos de la realidad.

Por diversas circunstancias, han pasado 4 meses y la casa todavía no se ha vendido.

Además, por falta de liquidez (y CIRBE), no he podido empezar a invertir en pisos rentables para alquilar, como sabéis que es mi objetivo.

Por tanto, este post, no va de éxitos. Casos de éxito hay miles y la gente está muy orgullosa de mostrarlos. Este post va de aprendizajes de la inversión.

Con estas líneas, me quiero abrir en canal, para mostrar mis debilidades, mis miedos y sobre todo, lo que he aprendido en este corto camino que llevo recorrido. 4 grandes aprendizajes de la inversión.

Mejor hecho que perfecto.

Esta cita, se la escuché por primera vez a uno de mis mentores (Carlos Galán), y a pesar de repetírmelo como un mantra, día si y día también, no fui capaz de aplicármelo.

Os pongo en contexto: Desde que escrituré la casa, pasó un mes entero, hasta que la puse a la venta.

¿Cuál fue el motivo? Me obsesioné en no poner la casa a la venta hasta que no estuviese perfecta.

Es decir, inmaculadamente limpia, con todos los plafones instalados, todas las deficiencias de construcción subsanadas etc.

Tenía miedo de que el posible comprador, al ver las fotos de la casa tal cual me la entregaron sobre plano, se echase atrás y perdería la oportunidad.

Mientras yo me martirizaba pensando que mi “producto” no era lo suficientemente perfecto como para salir al mercado, un vecino, la puso en venta a los 2 días de escriturarla y ya la ha vendido.

El aprendizaje es claro: mejor hecho, que perfecto.

Aprende a delegar.

No sabría decir en cuántos libros, podcast y formaciones, he escuchado que hay que aprender a delegar aquellas cosas más triviales que te roban tiempo, que te desagradan o que te alejan de tus objetivos.

Apalancarte en el conocimiento de otros, para poder dedicar tu tiempo a aquellas tareas en las que destacas, te agradan y te permiten crecer.

¿Qué hice yo? Literalmente todo lo contrario.

Perdí semanas en limpiar la casa, instalar plafones, “pelearme” con la constructora reclamando todos los desperfectos, desplazarme 2 hora en coche 3 veces por semana 3, para atender a los técnicos que venían a subsanar deficiencias…

Todas estas me supusieron un desgaste psicológico, el cual me podría haber evitado de una forma muy sencilla.

Un amigo mío, que vive por la zona en la que está la casa, me ofreció realizar todas esas gestiones, a cambio de 1.000€.

Hubiesen sido los 1.000€ mejor invertidos de mi vida, sin lugar a dudas.

Aprende a gestionar tus emociones.

La inversión inmobiliaria, es una montaña rusa emocional y no he sido consciente, hasta que no lo he vivido en mis carnes.

Puedes pasar de la frustración y tristeza más extremas, a la euforia más absoluta en cuestión de segundos.

Una semana no te llama nadie interesado en la casa (aunque tu vivienda esté a precio de mercado), sientes que jamás vas a venderla, te planteas si estás haciendo mal las cosas, sólo te llegan ofertas agresivas de derribo…

Incluso, llegas a plantearte aceptar alguna de esas ofertas, sólo por no continuar con esta incertidumbre y poder empezar de una vez tu camino inversor….

Y la semana siguiente, en un día, te llaman 5 personas interesadas, cierras 4 visitas y pasas la euforia más absoluta.

Con esto he aprendido que la inversión, es una carrera de fondo y hay que aprender a gestionar tus emociones y tus expectativas, tanto en los momentos difíciles, como en los momentos de éxito.

Y no voy a mentir, me cuesta horrores ser capaz de gestionar estas emociones, es uno de mis talones de Aquiles.

No obstante, soy plenamente consciente, de que la única forma de cumplir mis objetivos como inversor, es trabajar esta faceta emocional.

Que el último euro, se lo lleve otro.

A pesar de posicionar este aprendizaje en último lugar, diría que es uno de los más importantes. Os cuento:

Durante las primeras semanas, una pareja, nos hizo una oferta que nos podría encajar, pero se quedaba un poco corta.

Los números salían, hubiésemos vendido rápidamente, sacando una pequeña plusvalía. Esta plusvalía, era menor a la esperada, pero el “Excel” la soportaba.

Sin embargo, como la oferta llegó en la primera semana de haber publicado el anuncio, pensamos que llegarían ofertas mejores y la dejamos escapar.

A día de hoy, esa pareja, ya compró otra casa y la nuestra sigue a la venta.

Gracias a esto, aprendimos que, si te salen los números, tienes un comprador solvente y con interés real. Aunque no cumpla 100% tus expectativas de rentabilidad, es mejor aceptar la oferta y que el último euro se lo lleve otra persona.

Conclusiones de Diario de un inversor 2

Espero que mis primeros aprendizajes de la inversión, puedan ayudar a alguien, que también está empezando en este bonito camino, está viviendo los mismos miedos, dudas e incertidumbres, que he vivido yo.

Sólo con eso, “abrirme en canal” y dedicar mi tiempo a redactar este post, habrá merecido la pena.

¿Te ha gustado la entrada del Diario de un Inversor de Christopher? Ha sido un gran post de aprendizajes. Incluso tal vez, hayas pasado por alguna de las fases que comenta. Cuéntamelo en los comentarios.

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Inversor, Graduado en Psicología, Gerente comercial.
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Empecé a interesarme por la inversión hace relativamente poco tiempo. Mi primera inversión fue en criptomonedas. Supongo que, por mi juventud e inexperiencia, vi en Bitcoin la oportunidad de hacerme rico. Estamos hablando de primavera de 2021, Bitcoin en 56K… El resto es historia…

Aquí aprendí (a base de malas experiencias), que los activos altamente volátiles y especulativos, no eran lo mío, que nadie se hace rico de la noche a la mañana; y sobre todo, que no estoy ni cerca de pertenecer al 10% de personas más inteligentes, que realmente ganan dinero haciendo trading.

Tras esta, como mínimo cuestionable, experiencia inversora. En vez de rendirme, decidí buscar otras formas de inversión y aquí apareció el sector inmobiliario.

Cuando comenté con mi familia y amigos, que mi idea era comprar varios inmuebles, para ponerlos en alquiler, teniendo un sueldo “normal” y un capital moderado; me dijeron textualmente “tienes demasiados pájaros en la cabeza, eso es imposible”. La historia no acaba aquí, porque para rematar la faena, también les dije que mi idea era vivir toda mi vida de alquiler. Después de recibir esta información, poco más y me piden plaza de forma urgente, en un centro de salud mental (a excepción de mi pareja Marta, que siempre confió en mí y si estoy aquí, en gran parte es gracias a ella).

Pero como ya habréis intuido por lo que llevamos de presentación, la resiliencia y la constancia las llevo por bandera. Vendí mi vivienda habitual y decidí apostar por mí. Invertí en formación inmobiliaria y aquí estoy, empezando esta apasionante aventura en busca de la libertad financiera.

2 comentarios en «Diario de un inversor 2. Aprendizajes de la inversión»

  1. Gran artículo, concreto y lleno de sabiduría compartiendo tus aprendizajes, tal y como dices, las redes están llenas de casos de éxitos pero de las “ostias” o mejor dicho, lecciones aprendidas, pocos hablan. Sigue picando piedra y seguro que consigues tu objetivo 😉

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